Ahora que no te quiero...

Ahora que no te pienso,
ahora que no te abrazo,
ahora que no te sueño,
ahora que no te canto.

Ahora que las noches
son simplemente noches,
y los amaneceres
despertares callados.

Ya no pienso tu nombre,
ya no sueño tus labios,
ya no lloro tu ausencia,
ya no busco tus manos.

Ahora que no te quiero
echo de menos quererte,

echo de menos amarte,

ahora que no te amo...

Abril April

Abril está en tus ojos.

Todas las mañanas de abril

florecen en tus pupilas.


Se desperezan las luces matinales

sobre la escarcha desnuda de la aurora.

Las golondrinas tempranas tejen redes

invisibles sobre la cuesta de tu calle.



Los almendros lloran pétalos marchitos

sobre los charcos de un jardín que dormita.

Tu aún duermes entre tus sábanas de amor

y tus gatos acechan, desde la ventana,

a los gorriones inquietos del tejado.



Despiertan, tímidamente, los sauces

los álamos y los olmos del Genil,

en silencio abren sus yemas al viento,

un viento que acariciara tus cabellos

antes de inundar mis pulmones.



En los bosques cansados de la Alambra

brotan hongos mortales y coloristas.

Granada despierta, ajena a si misma ,

con el rugido innato de los motores

de los coches y autobuses enloquecidos.



Otra mañana igual de otro día igual

para el resto del mundo.

Otro amanecer desapercibido

Para los ojos de un mundo ausente.

Pero no es el mismo despertar

porque abril florece en tus ojos

y el sol amanece sólo para nosotros,

porque la brisa acariciará nuestros besos

y los besos humedecerán nuestras caricias...


Porque todas las mañanas de abril

florecen en tus pupilas

y fructifican en mi corazón.



Abril está en tus ojos,

abril nace en tus pupilas.

WINDS

Seguiré al viento
en los días nebulosos de un efímero otoño,
cuando la lluvia eternice a la roca caliza
y los bosques se vistan de fuego y oro.


Seguiré al viento
por los escarpados senderos de nuestro invierno,
bajaré de la sierra como la niebla nítida,
para envolverte en luz, para robarte el sueño.


Seguiré al viento
en las tormentosas tardes de primavera,
con las yemas abriendo, palpitando la vida
y los pueblos dormidos con las puertas abiertas.


Seguiré al viento
por los ríos del tiempo, las noches de verano,
volando, año tras año, en alas de golondrina,
en alas de vencejo sobre pueblos serranos.

Seguiré al viento,
de libertad extenuado.