Las murallas de Granada
se derraman por el cerro,
es un arcangel su guardia
su vigía y su sereno.
Confluyen en tus murallas
mil artistas callejeros,
gentes de tierras lejanas
y traficantes de sueños.
En tus murallas, Granada
se escuchan timbales negros,
trovadores y guitarras
cantares, flautas y perros,
vendedores de nostalgias
y mercaderes de versos.
Murallas de San Miguel,
querubín de porte esbelto,
de Valparaiso a la Alhambra
y de la Vega hasta el cielo,
que tu espada nos proteja
del constructor avariento,
del banquero codicioso
y del politico necio.