Coplilla del dolor amargo

Dolor de espíritu herido
va recorriendo mi cuerpo,
dolor sin luz ni sonido,
dolor de oscuros recuerdos.

Dolor del amor perdido,
amor que se llevó el viento,
que se fue haciendo camino,
que se envolvió en el silencio.

Dolor, un dolor sentido
como el amor en un beso,
me hace llorar como a un niño,
hace estremecer mi cuerpo.


Dolor, un dolor pulido,
dolor blanco, dolor negro,
embriagador como el vino,
dolor, dolor sin remedio.


Dolor de no sentir nada,
dolor más fuerte que el miedo,
en mis manos y en mi cara,
en mis labios y en mi pecho.


Desesperación sentida
desde dentro de los huesos,
el dolor me ata a la vida
y yo quisiera estar muerto.

Siempre que subo a buscarte...

Siempre que subo a buscarte
estás danzando con el viento.

El viento sopla en tu cara,
despeina el viento tu pelo,
lleva el viento nuestras almas,
trae el viento nuestros recuerdos.


De la Tiñosa a Albayate,
de Albayate al Lobatejo,
desde los tajos del Valle
a la mole del Bermejo.

Siempre que subo a buscarte
estás danzando con el viento.


Paseando desde el Adarve
hasta el calvario de Priego,
recordando Fuente Grande,
Almedinilla y el Ruedo.

Te has mezclado con el aire,
Te has diluido en el viento.


Recorriendo los Villares,
la Nava y el Navazuelo,
el Lapiaz de los Lanchares,
el Cerro del Bramadero.

Cuando intento respirarte
te vuelves sólido viento.


En Fuenfría cuatro paredes,
una chimenea y un fuego,
en las Chorreras no hay nadie,
el Bailón nos llevó a zuheros.

Te has mezclado con el aire,
te has diluido en el viento.


Subes a las soledades
que hay en Puerto del Cerezo,
bellota en los encinares,
en la Horconera el silencio.

Siempre que subo a buscarte
estás danzando con el viento.

A veces llueve...

A veces llueve en La Nava,
en los bosques y en los prados,
sobre la olmeda cansada,
sobre tu cuerpo empapado.


A veces llueve en La Nava,
sobre espinos y chaparros,
en arces y cornicabras,
sobre tu aliento agitado.


A veces llueve y se encharcan
tus besos y tus abrazos,
en tierra y agua salada
es tu recuerdo embarrado.


A veces llueve en tu alma,
llueve en mis ojos nublados.

Cementerio de besos (cementery of kisses)

Besos, besos muertos,
besos enterrados...
A dónde van, cuando mueren,
los besos que no nos damos.
Dónde está el cementerio de besos,
dónde, los besos olvidados.
Que fue de esos besos que nunca nacieron,
de esos que murieron dentro de tus labios...

DES-PEDIDA ( NO ES UN A-DIOS, ES UN A-TI )

En tu obstinada lejanía amanezco
amasando mi ocaso entre tus olas,
matando a mi ansiedad con espadas de viento.

En tu eco escarpado naufrago el pensamiento
embargando de olvido horizontes y sombras,
que distante tu voz, que parece silencio,
que lejanas tus ramas y que ajena tu boca.

Atardeces, aún, en un remanso de estrellas
desvanecidas en mi crepúsculo solitario,
llegarás siendo noche, noche cruda, noche eterna,
llegarás siendo noche y te estaré esperando.

Copla del amor distante ( distant love )

Tengo una noche acostada
a la orilla del Genil,
tengo una casa cansada
en un barrio carmesí.

Tengo un farol que se apaga
cuando me guía hacía ti,
tengo una espada oxidada
que me incrustó un paladín.

Tengo palabras calladas
que no saben que decir,
tengo silencios que hablan
aunque no los quiera oír.

Tengo el alma resfriada
tendida en el Albaizín,
oteando tus miradas,
ondeando tu matiz.

Tengo muertos que me llaman
porque quieren revivir,
tengo miedos y esperanzas,
tengo un principio sin fin.

Mis brazos que aún te abrazan
aunque estés lejos de aquí.
Mis labios que te reclaman
y no les puedo mentir…

Tengo un amor en Granada,
amor que no piensa en mí…

Granada triste

Granada, triste Granada.
La del viento entristecido
por las calles escarpadas,
la del cielo conmovido,
la de las torres calladas,
la del dolor encogido
en un corazón de escarcha.

Granada, triste Granada.
atardecen tus suspiros
por un amor que se escapa
en el agua de tus ríos
a una mar sorda y cansada.

La del silencio infinito,
la de la luna de plata,
la del camino escondido
y la palabra lejana.

Granada, triste Granada

Los ojos (eyes)

Los ojos son ventanas,
portales, lagrimales de un vagar terreno.
Guiños tiernos de animal herido.
Lotos frescos en párpados abiertos.
“Sólo un poco”,

(Manolo García)

Los ojos.
Ver para creer… Y sin embargo la justicia se pone una venda.

Dicen que Dios, después de la creación decidió ocultarse de los hombres, para ello eligió el lugar donde a éstos nunca se les ocurriría buscar; dentro de sus propios corazones.

Los ojos nos sirven para ver, pero nos engañan constantemente enseñándonos un mundo irreal. Los ojos nos ocultan el infinito movimiento de los átomos y moléculas que componen la materia; mostrándonos un mundo hecho a la medida de nuestra capacidad mental.

Los ojos nos distraen de nosotros mismos. Nos muestran un universo de color, estimulan nuestra curiosidad para mirar y aprender, pero siempre hacía fuera. Así, pasamos la vida mirando hacía afuera y nos olvidamos de mirar hacía el interior de nuestro ser, ignorando a ese fragmento de Dios que habita en nuestras almas.

Y sin embargo, una mirada expresa un mundo. Una mirada puede decir más que mil palabras. Tus ojos expresan tu estado de salud, tu cansancio o tu vitalidad, tu sufrimiento o tu gozo. Tus ojos pueden exteriorizar tus sentimientos de la más certera de las maneras. Mirando a tus ojos veo cuando me amas o cuando me detestas. Mirando tus ojos tu alma se muestra desnuda y abarcable. Dicen que la cara es el espejo del alma, y yo digo que la cara son dos ojos y una sonrisa. Mirando tus ojos y tu sonrisa te veo a ti, en tu estado más profundo y verdadero…
Los ojos nunca mienten, quizás por eso un día alguien decidió inventar las gafas de sol…

Ayer te quise

Ayer te quise de lejos
desde las cumbres nevadas,
un amor distante y fiero,
un amor que se escapaba
enredandose en el viento
por los valles y montañas.

Ayer te quise de lejos
por las veredas del monte,
entre encinas y robledos,
donde tus ecos se rompen,
en río Genil se hace cielo
y el sol marchita tu nombre.

Ayer te quise de lejos
en los bosques de la Alhambra,
en las calles del Realejo,
por aceras empinadas,
dónde el Darro se hace sueño
y las fuentes se hacen agua.

Ayer te quise de lejos,
te quise, y tu no estabas…

Fragile

Hoy me he despertado frágil,
como el corazón de una libélula,
como el susurro tembloroso
de una declaración de amor.

Hoy me he despertado,
y he empapado tu nombre
entre lágrimas y plegarias.

Hoy me he despertado
y me he dado cuenta
de cuanto necesito tu calor,
de cuanto necesito amarte...

Pero tu no quieres mi amor...
Tu no quieres que viva por ti,
ni que te envié abrazos vía messenger.
Tu no quieres que te sueñe,
ni que vaya a buscarte los días de fiesta.

Y siento que te alejas,
sin que pueda evitarlo.
Y cuanto más te alejas
más frágil me siento...

A-92

Hay flores en el asfalto
y lluvia por las cunetas,
hay cristales en los labios,
hay silencio en la cabeza.

Hay agria luz en los ojos,
hay llantos entre la niebla,
hay músculos atrapados,
hay destinos que no llegan.

Hay sirenas en los faros,
hay gaviotas que no vuelan,
susurros entre los páramos,
segundos entre la arena.

Hay flores en el asfalto,

pétalos bajo las ruedas.